EL ORIGEN DEL UNIVERSO

"Contemplar el cielo en una
noche estrellada es como
un viaje en el tiempo"

Guillermo Sanchez de León
Físico, Doctor en Matemáticas e Ingeniero
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Guillermo Sánchez de León, Físico, Doctor en Matemáticas e Ingeniero, trabaja actualmente en ENUSA Industrias Avanzadas S.A. y es profesor asociado en la Universidad de Salamanca.

En 1999 le fue concedida una estancia de investigación en la sede central de Wolfram Research Inc. en Champaign (Illinois, USA) al resultar elegido su proyecto de aplicaciones estadísticas con Mathematica en un concurso. Desde entonces ha participado activamente en los programas de revisión de las versiones alfa y beta de Mathematica y webMathematica. Tiene una amplia experiencia en la enseñanza y el desarrollo de programas con Mathematica y webMathematica. Algunos de ellos son citados como referencia en la web oficial de Mathematica y se encuentran disponibles en línea en español e inglés. Entre los artículos que ha publicado figuran varios donde el empleo de Mathematica y webMathematica es una pieza fundamental.


(Aunque el tema de la cena coloquio versó exclusivamente sobre el origen de universo, me ha parecido interesante incorporar en este resumen el pregón que realizó en Fuenteovejuna en la Semana Santa de 2004, con un análisis comparativo entre el genesis y el origen del universo desde el punto de vista físico)

Empezaré con la bella descripción de la Creación que hace el Génesis:
Dice el Genésis 1:
“En el principio creo los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo... Dijo Dios <> y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien y llamo Dios a la luz <> y a la oscuridad la llamo <>. Y atardeció y amaneció: día primero”
Continúa (no es literal).
• El día segundo Dios crea el firmamento.
• El día tercero separa la tierra de los océanos y crea la vegetación.
• El día cuarto crea el Sol y la Luna.
• El quinto crea a los peces y a los animales terrestres, incluyendo las aves, y Dios los emplaza a que se multipliquen:
“Sed fecundos y multiplicaos y henchid las aguas en los mares y las aves en la tierra.
• El sexto día “Creo Dios a imagen suya, a imagen de Dios le creó,
macho y hembra los creó”.
Es importante observar que en el Génesis 1 no se hace mención a cómo fue creado el hombre, ni se establece distinción entre la forma de crear a los varones y mujeres, este es objeto del libro segundo del Génesis.
El autor del Génesis 1 probablemente se inspiró en leyendas sobre la creación procedentes de zonas próximas a Israel. El relato más antiguo conocido sobre la creación del mundo, que tal vez sirvió de inspiración para el Génesis 1, es un texto babilónico Enuma elis (Cuando arriba), escrito, quince siglos antes de la era cristiana. Relata, al igual que el Génesis 1, el nacimiento del mundo a partir de un caos primordial.
Otra fuente también anterior al Génesis 1 es el relato que de la creación hacían los antiguos egipcios. Para ellos el Universo era una caja, alargada de norte a sur, al igual que su país; alrededor de la Tierra fluía el río Ur-Nes, uno de cuyos brazos era el Nilo, que nacía en el sur. Durante el día, el Sol recorría el cielo de oriente a poniente y, durante la noche escondía su luz de los humanos detrás de las altas montañas del valle Dait.
El Génesis 2, es mucho más literario, en él se describe el conocido relato de la creación de Adán y Eva y la historia de su descendencia. El Génesis 2 posee ciertas incoherencias que no se dan en el Génesis 1. Por ejemplo, nos habla de los hijos de Adán y Eva, describe como Cain, tras asesinar a su hermano Abel, es expulsado fuera del Edén y se establece en el país de Nod donde conoce a su mujer “la cual concibió y dió a luz a Henoc”. Si Adan y Eva eran los únicos primeros seres humanos ¿de que descendencia procedía la mujer de Cain?. Esta aparente incoherencia no se da en el Génesis 1.
Es claro que las personas que escriben el Genesis 1 y 2 son diferentes. El Génesis 1 es mucho más descriptivo (hasta cierto punto es un relato lógico) mientras que el Génesis 2 es escrito por una persona con clara vocación literaria. Muchos teólogos dicen que existe una relación entre ambos textos, para ellos el Génesis 2 es un complemento del Génesis 1. Una lectura desapasionada de ambos relatos muestra, en mi opinión, que se trata de historias distintas.
James Ussher y la creación el año 4004 antes de Cristo
Durante tiempo esta descripción de la creación se tomo al pie de la letra. El erudito Arzobispo anglicano James Ussher, a partir de las genealogías bíblicas, llegó a la conclusión de que Adán y Eva fueron conducidos al paraíso el lunes 10 de Noviembre del año 4004 antes de Cristo (Lutero había llegado a una fecha parecida: situaba la creación del mundo sobre el año 4000 antes de Cristo) y está fue la creencia común hasta bien entrado el siglo XIX. Incluso en fechas mucho más recientes había libros que seguían defendiendo que el universo tenía unos miles de años. Yo recuerdo que la enciclopedia Álvarez, en que estudie, se daba por cierta esta fecha, y eran los años 60.
La cosa es más sorprendente todavía pues en la actualidad. En EE UU hay movimientos que pretenden imponer que en las escuelas se enseñe la descripción bíblica de la Creación al mismo nivel que la enseñanza de la Evolución.

Me planteo como seria el Génesis si lo rescribiésemos con lo que ya sabemos. A modo de juego voy a dar mi versión (que coincide con la que es asumida por la ciencia en la actualidad), obviamente haré una simplificación extrema:
Este neogenesis podría decir algo así (seguiré utilizando el día como unidad temporal, aunque obviamente no me refiero a días de 24 horas sino a periodos de tiempo):

Primer día: Hace unos 14000 millones de años, no había nada. De la nada surgió la energía y el tiempo. La energía, es decir el universo, empezó a expandirse creando el espacio.
Este proceso se conoce como Big Bang (La gran explosión). Es curioso que la idea que la Creación del universo implicó la creación del tiempo fue ya sugerida por San Agustín. A la pregunta ¿Qué hacia Dios antes de crear el cielo y la tierra? San Agustin responde: “El cosmos fue creado con el tiempo y no el tiempo”. Está es precisamente la respuesta que hoy daría un cosmólogo a la pregunta ¿Qué había antes del Big Bang?
Uno de los pioneros en plantear un universo en expansión fue el sacerdote belga Lamaître. El modelo Big Bang cuenta con el beneplácito de la Iglesia, el propio Vaticano reúne periódicamente a los mejores cosmólogos para que traten de este asunto.
Con bastante simplicidad podemos llegar a la conclusión de que el universo es finito y está en expansión. La respuesta es la siguiente:
Cuando miramos al cielo una noche estrellada lo que contemplamos es como un viaje a través del tiempo. La luz que nos llega salió de las estrellas hace cientos o miles de años. El centro de la Vía Láctea que vemos corresponde a la Vía Láctea tal como era hace miles de años. Cuando los astrónomos enfocan sus telescopios a los confines del Universo, realmente lo que están observando es el universo poco tiempo después de formarse.
Si el Universo fuese eterno habría dado tiempo a que las luces de todas las estrellas nos hubiese llegado y en vez de estrellas individuales veríamos el cielo como una nube blanca resplandeciente. Pero lo que vemos son numerosas estrellas sobre un fondo negro, eso es así por que la luz de la mayoría de las estrellas no nos ha llegado aún y si nos ha llegado es que el tiempo es finito. Tal vez pueda ser un poco lioso lo que digo, les invito a dar un paseo una de las innumerables noches estrelladas que tenemos la suerte de poder contemplar en Fuenteovejuna y reflexionar sobre lo que le he dicho.
(Hay otras hipótesis más rebuscadas que permiten explicar la oscuridad de la noche, la que he descrito es la actualmente aceptada por la ciencia. El razonamiento completo es más complejo, pero lo aquí dicho constituye una buena aproximación para empezar)
Sigamos con esta descripción moderna de la creación:

El segundo día (trescientos mil años después del Big Bang): De la energía surge la materia (átomos, moléculas).

El tercer día se agrupan algunos átomos formando las primeras estrellas (que a su vez se agrupan en galaxias). Algunas estrellas se rodean de planetas, otras brillan con inusitada intensidad, consumen su energía rápidamente y mueren (explotan). Estas últimas inundan el universo de átomos pesados permitiendo que se formen planetas densos como la Tierra.
Las estrellas que explotan se conocen como supernovas. El brillo de estas explosiones hace que en rarísimas ocasiones aparezcan repentinamente estrellas, que antes no se veían. Es curioso que gracias a la muerte estas estrellas, las supernovas, se originen alguno de los átomos que nos forman como seres vivos. De la muerte surge la vida.
Algunos astrónomos han investigado la posibilidad de que la estrella de Belén fuese en realidad una supernova, otros hablan de un cometa, pero no se ha podido llegar a una conclusión, entre otras cosas pues como veremos mas adelante no conocemos la fecha del nacimiento de Jesús.

El cuarto día en las aguas surge la vida (probablemente en forma de bacterias primitivas), que evolucionan hasta formar los primeros seres pluricelulares.
Se admite que donde hay agua puede acabar surgiendo la vida. Se piensa que la vida no es exclusiva de la Tierra, ahora se busca vida en Marte. Sólo en la Vía Láctea hay cien mil millones de estrellas, muchas de las cuales probablemente contengan planetas. No es aventurado especular que muchos de estos planetas contendrán vida.

El quinto día: algunos animales marinos ocupan la tierra, surgen los primeros animales terrestres, incluidas las aves. Los seres vivos evolucionan adaptándose a un medio cambiante.
Hasta bien entrado el siglo XIX el hombre conocía la existencia de fósiles procedentes de especies extintas. La explicación más frecuenta era que estos fósiles eran pruebas –quimeras- que Dios había realizado hasta crear las especies actuales. Un Dios que necesitase hacer pruebas para conseguir la perfección no seria precisamente un dios omnipotente.
Alfred Wallace y Charles Darwin encontraron la respuesta a la existencia de fósiles en lo que ahora se conoce como evolución de las especies. Acuñaron la idea de la supervivencia del más apto (obsérvese que no digo “supervivencia del más fuerte” como, a veces, erróneamente se divulga la idea de evolución). Los fósiles son antepasados del las especies actuales, que no consiguieron adaptarse a un medio cambiante. Sin embargo el mecanismo más profundo de la evolución fue descubierto por un oscuro sacerdote agustino, cultivador de guisantes y excelente matemático, llamado Gregorio Mendel que descubrió las leyes de le herencia o transmisión de caracteres.

El sexto día: Algunos primates (no me refiero al mono, sino a un antepasado de los monos que son también nuestros antepasados) evolucionan dando lugar a los primeros homínidos, de algunos de ellos surge, probablemente en África, hace 160000 años el homo sapiens, es decir nuestros antepasados directos.

¿Es compatible la narración que he hecho, con el ser cristiano?.
La respuesta es afirmativa. De hecho, salvo algunos grupos evangélicos, no católicos, conocidos como “Los creacionistas”, nadie ni dentro ni fuera de la Iglesia defiende una interpretación literal del Génesis I. La Iglesia ha aceptado la evolución, con el único matiz de que el paso de animal a Hombre requirió la intervención divina.