Jesús San Miguel
Catedrático de Hematología de la USAL.
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Jesús San Miguel es Jefe del departamento de Hematología del Complejo Asistencial de Salamanca, Catedrático de Hematología de la Universidad de Salamanca, y Director del Instituto de Investigación Biomédica.
¡Es la charla que más me ha costado preparar!.-Nos comenta Jesús.
A continuación, comienza su exposición lanzando una serie de preguntas.
¿Quiénes son los Santos?. No confundamos la santidad con la beatería. El Santo, siendo personas extraordinarias, no son bonachones, les gusta meterse en los “fregados”. Recordad que lo que Dios nos va a pedir a todos, es hacer extraordinariamente lo ordinario. Extrayendo un texto de San José María Escrivá De Balaguer que dice: "En la línea del horizonte, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria." y continúa con "… amar y calentar el mismo barro que calienta nuestras manos".
Nos recuerda, que con todo esto, siempre llega a la misma conclusión… La religión Cristiana es tan absurda que solo puede ser la verdadera. En la religión Cristiana, es el mismo Cristo (Dios) el que ha venido a buscarte.
¿Verdad que todos vosotros daríais la vida por vuestros hijos?.-continúa con la exposición anterior-. En la religión cristiana o uno acepta esto como ideal de vida o nada tendrá sentido. Entiendo que solo podemos encontrar a Dios en el trabajo y en la Familia.
Encontramos a Dios, en el trabajo bien hecho, con la mayor perfección posible dentro de nuestras posibilidades. Debemos santificar el trabajo como servicio para los demás. En el trabajo me exijo a mí mismo, doy lo mejor de mí mismo y se lo ofrezco a los demás.
Encontramos a Dios, en la vida de familia. Continuando con el símil antes expuesto, la religión Cristiana es tan absurda que solo puede ser la verdadera, porque es el mismo Dios, Jesucristo, quién nace como un hombre, indefenso, y creciendo junto a los hombres. Debemos, en el matrimonio, hacer lo ordinario de manera excepcional. Recordad que en el matrimonio, tenemos el don de dar vida.
Relacionando el trabajo con la familia, saca a colación el discurso del expresidente de Coca-Cola, Bryan Dyson, sobre la relación entre el trabajo y otros compromisos. Debemos buscar el equilibrio en la vida. Debemos tener cuidado con el trabajo, en especial con su relación con la familia.
¿Qué actitud tomas ante tu destino?. Un cristiano que no busque la santidad en su trabajo es un hombre tibio. Nos compara esta actitud con el libro "Cuando el mundo gira enamorado: Semblanza de Victor frankl”, continúa leyendo un resumen extraido de la lectura del libro, “Era un hombre joven. Profesión: diseñador de publicidad; al diseñar anuncios vivía los valores creativos. Sufrió un tumor en la parte alta de la columna vertebral: ya no pudo ejercer su profesión ni, por tanto, esos valores creativos. En el hospital, se entregó a la lectura de buenos libros, se deleitaba oyendo música escogida y animaba a otros pacientes. Finalmente, su parálisis progresa tanto que ya no es capaz de leer, ni aguanta los auriculares. ¿Qué actitud toma ante su destino? Sin quejarse, ofrece a Dios sus dolores por los seres queridos. Pues bien, cuando yo pasé la visita de la tarde, la víspera de su muerte, y sabiendo perfectamente lo que le aguardaba, ese admirable enfermo me rogó que le pusiera la inyección de medianoche: para que yo no me molestara en levantarme a mitad de la noche. Este hombre, en las últimas horas de su vida, no se preocupaba en absoluto de sí mismo, sino sólo de los demás. Los valores de actitud, que son los más importantes para la persona, y los más difíciles de asumir, porque no todos aceptan el sufrimiento con dignidad.”. Continúa con lo que ha puesto Dios en el hombre; Ansia de amar. Un hombre que pone su corazón en si mismo se amarga porque no tiene nada que ofrecer a los demás.
Durante su exposición, trae a colación la definición de “Santo” según Pilar Urbano, una biógrafa de San Josemaría, “Un santo es un débil que se amuralla en Dios y en Él construye su fortaleza. Un santo es un rebelde que a sí mismo se amarra con las cadenas de la libertad de Dios. Un santo es un miserable que lava su inmundicia en la misericordia de Dios. Un santo es un paria de la tierra que planta en Dios su casa, su ciudad y su patria. Un santo es un cobarde que se hace gallardo y valiente, escudado en el poder de Dios. Un santo es un pusilánime que se dilata y se acrece con la magnificencia de Dios”.
De lo único que se trata es de luchar contra uno mismo para ser cada día mejor persona.
Acabada la exposición, en el turno de preguntas, le pregutan por D. Eduardo Ortiz de Landazuri, que ahora está en proceso de beatificación, ¿Conociste a D. Eduardo?. Era un despistado, -responde-, no le dejaban conducir porque se equivocaba cuando cambiaba marchas. Recuerdo que solía enfrentarse con los que realizaban mal el trabajo. Don Eduardo tenía un hijo subnormal, y nos recuerda la anécdota de aquel que le encrespaba para montar un lugar para subnormales…